A principios del siglo XX, el Alemán Karl Friedrich Otto Hetzer (1846-1911) empleo láminas de madera unidas entre sí con colas de tipo caseína para crear la primera madera laminada de la Historia. Se trata de la unión de tablas o láminas a través de sus cantos, caras y extremos, con sus fibras en la misma dirección, conformando un elemento no limitado en escuadría ni en largos, y que funciona como una sola unidad estructural.

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Esto se pudo realizar gracias a los avances de la industria química de la época y en 1906 se patentaron las primeras vigas curvas.

Hoy en día estamos viviendo la eclosión de la construcción en madera y se puede afirmar “el siglo XXI es el siglo de la madera como ha sido el hormigón en el siglo XX.”. En pleno siglo XXI, la madera laminada se convierte en un potencial para las nuevas formas de construcción, sustituyendo o complementando a su precursora, la madera maciza.

Es en este contexto donde queremos hablar de las ventajas que incorpora esta “nueva” forma de trabajo que está revolucionando el mercado de la industria maderera.

 

Para la fabricación de piezas de madera laminada por lo general se eligen especies de coníferas como pino o abeto de entre todas las variedades, esta elección de apoya en una serie de factores tecnológicos como son: la estabilidad dimensional, la facilidad de secado, la facilidad de trabajo (corte, taladrado, etc.) Todos son importantes y deben de tenerse en cuenta a la hora de elegir una especie.

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Hay limitaciones en las especies que se utilizan  dependiendo de las clases de uso, por ejemplo la madera laminada de abeto sólo se puede usar para clases de uso 1 o 2 (interiores  exterior bajo cubierta) porque el abeto no es impregnable. Si se requiere madera laminada para clases de uso 3 o 4 (al exterior y en contacto con el suelo) es necesario tratar en profundidad con autoclave.

 

De entre las múltiples ventajas de la madera laminada o madera laminada encolada (MLE) podemos resumir:

  • Estabilidad dimensional y resistencia.
  • Gran versatilidad en el diseño de estructuras en cuanto a escuadrías y formas.
  • Una mayor optimización de recursos, favoreciendo la construcción sostenible. Ya que con piezas más pequeñas se pueden fabricar elementos estructurales más grandes encolando. En el caso de la madera maciza para fabricar piezas estructurales grandes son necesarios árboles grandes.
  • Ofrece barras de cualquier longitud, hasta 24 m, mientras que la Madera Maciza Encolada MME está limitada a longitudes habituales de 5,4; 6; 7 u 8 m de longitud.